La película "Harry Potter and the Deathly Hallows: Part 2", del director David Yates, no sólo cierra la puerta al mundo fantástico que ideó la británica JK Rowling, también disuelve toda una "familia" que orbita alrededor de una década de aventuras del hechicero más famoso del planeta.
En una rueda de prensa multitudinaria que congregó en Londres a 250 periodistas de todo el mundo, casi todo el equipo de la saga más taquillera de la historia compartió hoy, entre risas, impresiones en la presentación mundial de esta octava y última entrega, que viene, además, en formato 3D.
Fue notable en el Hotel St Pancras Renaissance London, pegado a la emblemática estación de tren de King"s Cross -el origen del mundo mágico que creó Rowling en 1997-, la ausencia de su protagonista, el británico Daniel Radcliffe, a quien ataron hoy compromisos laborales en Broadway.
Aunque físicamente a muchos kilómetros, el actor confesó mediante un mensaje grabado que lo que más echará de menos del fenómeno Potter, que lleva 6.300 millones de dólares de recaudación, será los "grandes amigos" hechos durante diez años de rodajes sucesivos.
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